Eso es amor
Mientras vamos andando hacia el colegio, Ari me abraza por el costado y me dice.
—Te quiero mucho, mamá.
Yo le paso el brazo por los hombros y le aprieto.
—Yo también, cosita.
—No te puedo describir lo tanto que te quiero —dice Ari, apretándome más fuerte y hundiendo la cabeza en mi abrigo.
—Hale, pues sí que me quieres... —digo, admirada.
—Te quiero desde el momento en que nací —continúa Ari con voz de falsete, y asomando sus ojos traviesos añade—: cuando sacaba una mano de tu tripita ya te estaba queriendo.
1 comentario
CARMEN -
Gracias por el texto, Isa: sigo aprendiendo incluso de tus retazos de literatura y vida, contados así, como si nada.
Besos,
Carmen.