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En algún momento tenía que decírtelo

Algo malo tenían que tener

Cuando llegamos del cole, Elmo se encierra en el baño. Me acerco a la puerta y le digo:
—Elmo, no cierres con cerrojo, ¿vale?
—¿Por qué? —pregunta.
—Porque es peligroso —digo—. Y nadie va a entrar, así que no es necesario que te encierres.

Elmo descorre el cerrojo refunfuñando y yo me voy al salón. Al cabo de un rato aparece Elmo.
—¿Sabes lo único que no me gusta de los Reyes Magos? —me dice—. Lo único, ¿eh?
—Qué.
—Que me ven cuando hago caca.

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